Billetes de banco
Los primeros billetes europeos se fabricaron en Suecia, en el año 1661. Los imprimió el cambista Johan Palmstruch, que los entregaba como recibo o resguardo a quien depositaba oro o plata en el Banco de Estocolomo que, por cierto, él mismo había fundado. A España llegaron en 1780, durante el reinado de Carlos III, y su uso se popularizó rápidamente por ser mucho más cómodo de llevar. Así no hacía falta cargar con la famosa bolsa llena de monedas, mucho más llamativa y pesada.
Aunque en esencia no deja de ser otro tipo de moneda, en el lenguaje cotidiano reservamos el nombre de moneda para las piezas de metal y el de billete para las de papel. O incluso plástico, material del que se fabrican los billetes de 20 y 50 pesos que circulan desde 2002 en México. Allí prefieren el polímero al papel porque los billetes de ese material duran más, son más limpios y más difíciles de falsificar.
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